Está vez no

Autora: Carolina Hernández Roldán.

Está vez,  cuando mi madre me dijo que soy la peor persona del mundo y que le hago daño a todos los que están a mi alrededor, por primera vez supe que es un reflejo. 

Ella siempre me decía que era lo peor, que pobre gente que está a mi lado, que como hacen para soportarme, sus palabras siempre fueron de odio hacia mi, y yo, en mi niñez y adolescencia lo único que podía hacer era llorar, gritar e irme de la casa repetidas veces por mi cuenta, aunque en ocasiones ella me echó,  entonces no tenía que armar drama para irme. 

Siempre en mi cabeza retumbaron esas palabras, no sirves, eres inútil, nadie te van a querer, tienes un temperamento de mierda, en fin, cualquier palabra hiriente esa era para mi y yo me las creí, por mucho tiempo fui insegura de mi misma, sentía que no podía aportar nada a la vida de los demás, que no iba a servir para nada por lo inútil y estúpida que era, por mucho tiempo pensé que ninguna persona llegaría a amarme.

Sin embargo luego de 5 años sin verla, la extrañaba obviamente pues es mi madre y el lazo sigue ahí, aunque a veces quiera romperlo sigue ahí, me enamore y se enamoraron de mi, fue muy difícil entender que existían seres humanos tan buenos como esa persona, no pensé que lo que sentía fuese a durar tanto,  ya han pasado 6 años y esa  persona me recuerda diariamente lo bella y maravillosa que soy, ¿Yo? ¿Carolina Hernández Roldán? ¿esa que según su madre es lo peor que existe en el mundo,  es la antítesis de lo que siempre ha creído? ¡ Vaya!, fue un choque para mí. 

Cinco años después sin verla, pensé que la distancia la haría una persona diferente, amorosa, tranquila, dispuesta a amar y ser amada, pero no, lo único bueno es que ya no tengo que escuchar sus insultos hacia mí sino que los escribe por chat para decírmelo, puedo leerlos o no, esa es la ventaja, pero no deja de doler, pues el lazo de madre e hija sigue ahí. 

Ahora puedo decir que, gracias a esa persona, supe que cuando la gente es tan agresiva con otras personas, en el caso de mi madre hacia mi, es porque en el fondo ese ser se ve reflejado y todas esas cosas que dice, las dice para si mismo, en realidad eso es lo que piensa ella de su persona, es un reflejo. Entonces me duele, si, duele saber que no importan los años la persona que amas sigue siendo tóxica, la persona que te dio la vida siente un odio hacia ti que aún no entiendes del todo. Pero cada vez comprendo más, cada vez me doy cuenta de lo mucho que pudo haber sufrido mi madre y lo triste que está para que yo sea un reflejo de su enojo, de su ira, de su soledad.

Dicho esto y haciendo catarsis, puedo afirmar que la amo, claro que la amo, y por eso me duelen tantos sus palabras, pero ¿Por qué sigo ahí? ¿Es necesario aguantar todo eso simplemente porque es mi madre? Claro que no, me afecta y daña mi paz interior, esa paz que me costó cinco años, en donde aprendí a amarme y a amar a los demás, respetar el espacio del otro, resaltar las maravillosas cualidades de los demás, decir TE AMO para mí era difícil pues nunca lo había escuchado de la persona que más amaba y no sabía cómo expresarlo, ahora lo sé, se lo que es amar y brindar paz a las otras personas cuando lo necesitan.

Entonces ahora me siento mejor, porque sé que su odio no es conmigo, sino con ella,  yo me siento feliz porque ahora puedo respirar y no sentirme tan humillada, porque soy capaz de seguir y no vivir en el pasado, ya no me creo inútil y puedo perdonar cualquier cosa, ahora se lo que valgo y sus palabras no me afectan, yo las transformare en palabras de vida, porque ante el odio y la humillación se responde con amor.